30 Jul 2018 Los retos de la salud mental

Entrevistamos al psiquiatra Félix González, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital General de La Palma, para conocer los principales desafíos a los que se enfrenta la salud mental en la isla.

Según el especialista, la falta de recursos acrecienta en La Palma la difícil situación que ya de por sí padece el resto del archipiélago. Es por ello, que reclama a la Administración nuevas medidas que mejoren la calidad de vida de los enfermos y faciliten la labor del equipo médico.

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“Estamos a la cola de Europa en número de psiquiatras y psicólogos. La mitad de la población que necesita ayuda en la isla no está diagnosticada ni tratada”

Para Félix González la falta de recursos impide una atención de calidad en salud mental: “En este momento en nuestro país tenemos una media de diez psiquiatras por cada cien mil habitantes. Teniendo en cuenta que países como Suiza o Alemania, siguiendo las recomendaciones europeas, disponen de más de cincuenta, en La Palma deberíamos contar con unos cuarenta especialistas y a día de hoy tenemos solo cinco. Y prácticamente lo mismo sucede en psicología”, asegura.

Ante esta situación, se muestra tajante: “Tenemos un grave problema, y la verdad que no sé cuándo nos pondremos al día. La falta de recursos ha originado que la mitad de la población no esté diagnosticada ni tratada. Y no sólo eso, de aquellos pacientes que sí lo están, el 50% también está tomando fármacos que no necesita o en dosis inadecuadas”.

 

DESMONTAR UN MITO

“No es cierto que vivamos en un lugar donde la enfermedad mental sea más frecuente. Lo que sucede es que en La Palma hemos accedido muy tarde a los recursos psiquiátricos”

“Es necesario desmontar este mito para poder avanzar y actualizarnos. Se dice que la isla es un manicomio sin techo y no es cierto, no hay base científica ni ninguna evidencia de que sea así. Al contrario, probablemente aquí tengamos menos problemas de salud mental que en otros lugares”, sostiene González.

Aún así, explica que es lógico que la falta de recursos que lleva sufriendo la isla desde hace décadas haya alimentado el bulo: “En las islas capitalinas no habían menos enfermos mentales, lo que sucedía es que no estaban en sus calles, en sus pueblos. El Hospital Psiquiátrico de Tenerife abrió sus puertas en 1917 y nosotros inauguramos las primeras camas de psiquiatría en el año 2000, ochenta años después. Eso tiene sus consecuencias, los pacientes de la isla han llegado a la psiquiatría muy tarde”.

 

 DISMINUIR GASTOS Y LISTA DE ESPERA

“¿Cómo se reduce el gasto en medicamentos que tanto preocupa a la Administración? Escuchando más a la gente. Es contradictorio presumir de tener el mejor sistema sanitario del mundo y luego vernos obligados a dar cita para dentro de tres meses”

“Si alguien acude a un psicólogo y tras la consulta éste no puede volver a verle con frecuencia, ya que no hay capacidad para agilizar las citas, entonces es muy probable que el paciente acabe automedicándose, cuando lo único que necesita es que alguien le escuche”, argumenta Félix, preocupado por una situación que no se está atajando. “Las cifras evidencian el problema: en los últimos años se ha triplicado el consumo de antidepresivos y los hipnosedantes han pasado a situarse entre las sustancias más consumidas en España”.

“Aunque las autoridades sanitarias reiteran que sus esfuerzos se centran en disminuir las listas de espera, ya que es lo que sale en la prensa, y en reducir fármacos, que es lo que les cuesta dinero, no sé si de verdad están interesadas en buscar soluciones desde el origen del problema. En la actualidad, los trastornos mentales se están tratando fundamentalmente con fármacos cuando muchos podrían ser abordados con tratamientos psicológicos eficaces, y eso, es el resultado de un sistema que lo propicia. Para para poder corregirlo, se requiere de un cambio de mentalidad”.

 APOSTAR POR LA PREVENCIÓN

“Hay países que se han dado cuenta de que además de invertir en asistencia, es necesario hacerlo en formas de vida más saludables”

“Islandia puede enseñarnos mucho en este sentido, país donde se apuesta decididamente por la prevención y por aquellos aspectos que tienen que ver con que la persona no enferme. Está logrando muy buenos resultados en campos como la adicción”, destaca.

No sólo vamos a darle a la persona un lugar donde venga a dejar las drogas, sino que le ofreceremos alternativas para que no tengan que llegar a ellas y que ese excitante o recompensa que busca, pueda encontrarlo así en experiencias de vida saludables, como la música, el arte, el deporte…”, explica Félix, quién pone como ejemplo la labor de la Escuela Insular de Vela en la que participa. “Es un lugar muy excitante pero sin daños secundarios para los adolescentes, que aunque no tienen problemas de adicción estoy convencido de que no los van a tener en el futuro. Esta afición prácticamente no les deja tiempo, están entretenidos, y tampoco creo que el estímulo de la droga vaya a ser superior a lo que hacen. Hablo de esta experiencia, como puedo hablar de otras iniciativas que pueden ser públicas también y que probablemente desde el Cabildo se apoyen, aunque a veces estén poco tenidas en cuenta”.

 

 REDUCIR EL SÍNDROME DE BURNOUT

“Si de cada diez médicos que pueden atendernos, dos o tres sufren el síndrome de burnout y están ‘quemados’, lo más probable es que la medicación se repita y salgamos de la consulta con más recetas de las necesarias”

Para el psiquiatra es otra de las secuelas de la falta de medios. “Por un tema asistencial o personal, porque no solo te quema la cantidad de trabajo sino como uno se lo tome, lo cierto es que una parte importante de la población médica está afectada por este síndrome”.

“Si no se vigila ni se toman medidas para evitarlo, al final el paciente también sufre las consecuencias. En la medida que yo tenga un bolígrafo para recetar y una cabeza para escuchar, es probable que el equilibrio se descompense. Siempre será más fácil sobremedicar que esforzamos en hablar con el enfermo e intentar ponernos en su lugar”.

 

 ASESORAR E INFORMAR A LA POBLACIÓN

“Saber identificar lo que nos pasa, conocer los síntomas, es muy importante. No es lo mismo padecer una enfermedad psíquica que estar pasando por un mal momento personal”

“Hay enfermedades que la gente identifica, como la depresión, estado de ánimo que consiste básicamente en no tener ganas, no tener iniciativa, no disfrutar de las cosas, estar cansado sin motivos… o la psicosis, cuando se sienten cosas que los demás no sienten, como que nos vigilan o nos hablan y no hay nadie. Si tenemos una de estas dos patologías, lo mejor es recurrir al psiquiatra”.

“Por el contrario, si lo que nos ocurre es que hemos perdido una persona querida, tenemos problemas con nuestros hijos, no encontramos trabajo o nuestras expectativas han fallado, siempre es mejor acudir a un psicólogo, ya que necesitamos que nos escuchen, pero no padecemos ninguna enfermedad mental”, matiza. “Si esta información llega al paciente, también estaremos ayudando a priorizar la atención sanitaria y optimizar los escasos recursos de los que disponemos”, concluye.

 

 MAYOR DEDICACIÓN A LA INFANCIA

“Lo que ocurre en los tres o cuatro primeros años del niño es determinante, ya que serán los cimientos de su aparato psíquico, afianzando sus fortalezas o debilidades”

“Según las cifras de asociaciones nada sospechosas como Cáritas, el 30% de los niños canarios no tienen para desayunar, no cuentan con los recursos básicos. Eso quiere decir que los padres están en una situación precaria y que no tienen trabajo. ¿Se hace algo para que esto no ocurra en nuestra tierra? Pues no, las cifras siguen igual y a mi modo de ver, los pequeños están destinados a padecer las secuelas de por vida”.

“Esta circunstancias tienen que ver con las políticas que se están llevado a cabo, que no tienen en cuanta que sembrar brecha social es crear sufrimiento y problemas de salud mental. Para un niño ver a su padre constantemente angustiado es complicado, porque terminará sintiendo que… si mi padre no puede con esta situación, yo tampoco voy a poder con el mundo”.

 

 ATENCIÓN INTEGRAL DE LA DROGODEPENDENCIA

“Hemos conseguido que la adicción sea reconocida como una enfermedad mental. Ahora solo falta que los profesionales implicados en el proceso trabajemos juntos y no de forma paralela”

“Hay dos circuitos, uno es el de las enfermedades mentales que pertenece al Sistema Canario de Salud y otro, son las conocidas como redes de Atención Paralela. El reto es la integración y que no se dé una conexión puntual entre los diferentes profesionales como sucede actualmente. Hay algunas comunidades que han conseguido tratar las adicciones desde un punto de vista integral, pero en las islas aún no se ha dado el paso”.

“La adicción es una enfermedad que padece un determinado número de personas como puede tocarle el asma, la soriasis o la alergia. El error ha sido el ‘tú puedes poner de tu parte’ para controlar no ser alcohólico, no fumar, no tomar cannabis… Y eso no es así, porque la parte enferma del individuo es precisamente el que no puede controlar. Es verdad que tenemos que apelar a que colabore, pero nunca dejarlo solo. Por eso nos estamos acercando al problema de una manera distinta, ofreciendo ayuda y no desde el punto de vista ‘esto es malo’. Si le decimos a una persona que le duele la muela, esto es malo, nos va decir… es que no me entiendes”.



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